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Ama Quella, Ama Sua, Ama Llulla

HASTA CUANDO ESTA DISCRIMINACIÓN E INDIFERENCIA

HASTA CUANDO ESTA DISCRIMINACIÓN E INDIFERENCIA

El pago de 20 millones de soles por parte del estado peruano al propietario de un canal de televisión, Baruch Ivcher, es un hecho que da asco e indignación. Como es posible que el estado peruano  le de el dinero de todos los peruanos, NUESTRO DINERO, a un sujeto extranjero que a demostrado ser solo un sicario que se vende al mejor postor, este sujeto estuvo del lado de Fujimori hasta que en algún momento sus intereses fueron afectados y se paso a la otra orilla a dizque defender la "democracia" Ahora tenemos que pagarle porque reclama que sus derechos humanos fueron injuriados por la llamada “Dictadura”, pero cuales derechos humanos, acaso este sujeto perdió la vida de algún familiar, acaso sufrió alguna tortura o algo parecido. En cambio a los peruanos que si fueron afectados por el terrorismo NADA. Es que acaso las vidas de inocentes asesinados por la barbarie de una guerra sin sentido tiene menos valor que las pataletas de un avaro empresario. Esto no es otra cosa que un ejemplo más del desprecio, e indiferencia en el Perú al dolor de los propios peruanos.

En Oronccoy, Ayacucho, siete miembros de la familia Ccorahua Casa fueron acribillados por la policía y sus cuerpos incinerados dentro de su vivienda, en 1982. Nadie los recuerda, porque ni siquiera existe un Registro Nacional de Víctimas.

En Totora, Ayacucho, los cinco hermanos Ccaiccuri Aspur y su madre, Sabina, fueron emboscados por una patrulla del Ejército y liquidados. Era 1984. Nunca fueron indemnizados los deudos.

En 1986, en la quebrada de Chaupimayo, Ayacucho, el Ejército, después de someter a torturas a 32 pobladores, los asesinó uno por uno. La mayoría pertenecían a las familias Ñahuis, Casa, Quispe y Casanchira. Nunca se supo quiénes fueron los autores.

En Chungui, Ayacucho, el 21 de enero de 1987 el Ejército mató a 32 pobladores, 13 de ellos niños. Sus apellidos eran Corahua, Huamán, Rimachi, Casa, Ñahuis, entre otros. Sus padres no pudieron reclamar nada porque murieron con ellos. Nadie sabe dónde están sus tumbas.

El tres de abril se cumplirán 23 años de la masacre senderista en Lucanamarca. Acabaron con la vida de 69 campesinos que rechazaron a los terroristas. Cayeron los Allaucca, Chaupín, Huancahuari, Ñañaccuari, Misaico, Casavilca, Tacas, Páucar, Quichua, Rimachi, Huamanculi y los Huairpaucar. Los lucanamarquinos enfrentaron a los maoístas. No se corrieron. Se quedaron en su tierra, en su país. Solo eran dueños de la tierra que llevaban en las uñas. Murieron defendiendo lo poco que tenían. Los sobrevivientes lloran más por el olvido, la ingratitud y la insensibilidad de los gobernantes y de los poderosos, que por sus muertos.

Los Ccara, Huacre, Condemayta, Yaranga, Ccorahua, Auccapuclla, Chacas, Huallpa, Chayco y Cunto son apellidos de víctimas ayacuchanas como los anteriores. A sus familiares que los sobrevivieron les niegan la oportunidad de reclamar alguna forma de reparación, reconocimiento o retribución, en cumplimiento de las recomendaciones de  "la Verdad. Claro", no tienen un canal de televisión, ni  abogados para ir a las instancias internacionales, ni periodistas a sueldo para que presionen. No los escuchan porque no llevan el apellido Ivcher. Y eso que son peruanos de nacimiento.

Si eres Peruano, y no quieres permitir que los poderosos de siempre sigan aprovechándose de nuestro país en beneficio propio,  haciéndonos ver como unos bobos, remanda este mensaje, no permitamos que usando su poder oculten información para tapar sus cochinadas…

 

"En el Perú existe ese pacto infame de hablar a media voz, pues si pretendo que se me recuerde por algo, será porque luché toda mi vida por hablar con la voz bien en alto, de todo y para todos".

 

 

Manuel Gonzáles Prada

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