Cocamama y wachuma: dos plantas maestras en la espiritualidad andina
Leonardo  									Feldman Gracia, un argentino de Mendoza,  									acaba de sustentar en San Marcos su tesis de  									doctorado en Antropología; “Cocamama y  									wachuma: dos plantas maestras en la  									espiritualidad andina” con la nota 20,  									máximo puntaje posible.
 En sus 716 páginas ofrece un vasto panorama  									para entender el papel de estas dos plantas  									en la historia peruana desde hace cinco mil  									años antes de Cristo. Comienza con una  									lectura crítica de la bibliografía sobre el  									tema para situarlo como parte de la  									espiritualidad andina y sus propuestas de  									bienestar, y alejarlo de la satanización y  									prohibición que proviene de la prédica  									psiquiátrica, que sigue siendo la base de la  									política oficial desde hace más de 50 años.  									Le sigue una aproximación sobre la botánica  									y farmacología de ambas plantas y sus usos y  									rituales desde los primeros tiempos hasta  									nuestros días, gracias a fuentes  									arqueológicas, etnohistóricas e  									historiográficas.
 
 La novedad de la tesis es una gran montaña  									etnográfica que brota de un sólido trabajo  									de campo para presentar las prácticas con  									ambas plantas en Lima, tanto de los sabios  									mayores (en particular el Amauta Tahuiro)  									como de los nuevos, luego de un  									acontecimiento especial: la venta formal de  									harina de coca, que sirve para fabricar  									bebidas, medicamentos, cosméticos y  									enriquecer nuestra gastronomía. La coca es  									ahora un elemento importante en las tiendas  									de salud alternativa y millares de personas  									en todo el país descubren las bondades de  									ambas plantas maestras para su bienestar. Ya  									existe en el país una Asociación Peruana de  									las Hojas de Coca (APEHCOCA) con una  									iniciativa empresarial de primero orden.  									Feldman ha trabajado intensamente durante  									muchos años para ofrecernos una etnografía  									urbana que nos permite descubrir el feliz  									encuentro entre los hombres y mujeres que  									estudian estas plantas y las personas que  									consagran sus vidas para ofrecerlas como  									bienes espirituales, lejos de toda  									contaminación posible con el mundo de las  									Drogas y la corrupción generalizada que se  									multiplica en nuestro país. Como buen  									antropólogo, ofrece varios capítulos con  									semblanzas, descripción detallada de lo que  									hacen y piensan personas como Anthony Henman,  									uno de los mayores autores sobre el tema,  									Agustín Guzmán, Mary Ann Edowes y otros.
 
 Ambas plantas son claves en los rituales, en  									las ofrendas a la Pacha Mama y a los Apus y  									en la terapia para encontrar los consejos  									debidos y resolver parte de los problemas  									físicos y psíquicos de todos los días. En  									ese mundo, la Música es un complemento  									fundamental. Luego de un brindis con un  									coctel de chicha de qora con harina de coca  									y una degustación de entremeses elaborados  									con la harina de coca, la ceremonia del  									doctorado se enriqueció al pie de las  									paredes de adobe en la Huaca de San Marcos,  									con una bellísima ofrenda y la Música de  									sikuris de Puno y de “Pachacámac”, un  									excelente grupos que ofrece un gran  									despliegue de instrumentos musicales  									aparentemente desconocidos, propios de  									nuestro suelo.
 
 Cuando hoy aparecen algunos signos de  									esperanza en el gobierno de Ollanta Humala,  									esperemos que sus política frente a la coca  									y la wachuma cambie sustancialmente de rumbo  									si es que quiere ser fiel a su promesa de  									una “gran transformación”. Ojalá sea posible  									que esta tesis sea pronto publicada por el  									Fondo Editorial de San Marcos. Entonces,  									llenará parte de un vacío y será un  									instrumento para conocer mejor nuestra  									realidad y cambiar la política equivocada  									que se sigue desde el poder colonial del  									país.
  
 
       
		
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